10 Mar Cuidado con tus pies! La fascitis plantar
Cuidado con ciertas lesiones en los pies.
Esta es de las que más fácil es contraerla al tener malas posturas o entrenamientos duros.
Y tiene su proceso largo de curación.
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Fascitis plantar: este es el mejor modo de curarla
Curar la fascitis plantar de forma definitiva es para muchos un tema importante. Esta afección tan común consiste, a grandes rasgos, en un dolor intenso en la zona del talón que impide el desarrollo normal de la actividad física. Este dolor está ocasionado por una inflamación de los tendones de la zona, provocada por un exceso de tensión que puede, a su vez, estar producido por diferentes causas.
Una mala pisada, un calzado inadecuado, un entrenamiento excesivo o tener lo que se conoce como «pies planos» son las causas más comunes de la fascitis plantar. Pero quizás el mayor problema de esta dolencia es que tienden a aparecer de forma repetida, por eso es importante buscar un tratamiento adecuado y unos hábitos saludables a posteriori.
Cómo curar la fascitis plantar
El tratamiento de la fascitis plantar puede incluir diferentes caminos para llegar a su curación. En nuestra mano está guardar reposo y ayudar a la zona aplicando hielo varias veces al día, además de optar por un calzado cómodo, con buena amortiguación y sujeción y no totalmente plano.
Según el nivel de gravedad de la lesión, el médico recomendará un tratamiento específico, que puede incluir la toma de antiinflamatorios, vendajes, el uso de una férula nocturna o incluso cirugía en los casos más graves.
Junto con el médico especialista, también podemos recurrir a un fisioterapeuta, que contribuirá a la curación de la fascitis plantar con sesiones de rehabilitación enfocadas a esta zona y nos asesorará acerca de cuáles son los mejores ejercicios de estiramientos que podemos hacer para acelerar la curación de esta dolencia.
Cómo evitar que vuelva a aparecer la fascitis plantar
Como explicábamos al inicio del artículo, las personas que han sufrido alguna vez fascitis plantar tienen una alta predisposición a volver a padecerla en el futuro, por eso es importante que nos concienciemos de su prevención.
En primer lugar, es recomendable hacer un estudio de la pisada. Con este dato, un profesional podrá indicarnos si necesitamos algún tipo de material para corregir la posición, el tipo de zapatos que no debemos usar o los ejercicios más adecuados según nuestra fisionomía. El peso también es importante en este sentido, por lo que debemos evitar el sedentarismo y una alimentación incorrecta para no ganar kilos extras que añadirán un sobreesfuerzo a nuestros pies.
Por último, los estiramientos antes de hacer ejercicio son fundamentales para que los músculos no se encuentren retraídos, puedan trabajar a su máxima longitud y no sucedan lesiones de este tipo.