HERNIAS DISCALES

TRATAMIENTOS

Hernias discales, lumbalgias y neuralgias

Los tratamientos para una hernia discal, van desde la terapia física, los medicamentos anti-inflamatorioinyecciones de cortisona, hasta llegar a la cirugía.

Naturalmente, lo más normal sería optar por la quiropráctica en primer lugar, puesto que es la opción más conservadora y con menos efectos secundarios. Un quiropráctico está preparado para localizar las subluxaciones, y corregirlas. Una serie de ajustes quiroprácticos en la columna vertebral, permitirán que el disco vuelva a su posición devolviendo la normalidad a la espalda.

Además, obtenemos muy buenos resultados con las técnicas de osteopatía y con la EPI® y sobre todo con la camilla con flexión distracción (especial para la mejoría de las hernias discales).

hernias discales

La hernia discal es una enfermedad en la que parte del disco intervertebral (núcleo pulposo) se desplaza hacia la raíz nerviosa, la presiona y produce un intenso dolor.

¿tratamiento fisioterápico o tratamiento quirúrgico?

El paciente que acude a consulta con un diagnóstico médico de hernia discal lumbar, suele seguir un tratamiento conservador al comienzo de la patología. Dicho tratamiento está formado por:

Tratamiento farmacológico. Compuesto por relajantes musculares, antiinflamatorios y analgésicos no estiroideos. Cuando el dolor es muy agudo y alguna raíz nerviosa está comprometida, está indicado el uso de corticoides estiroideos y/o opiáceos (6, 10). En algunos casos, se administran inyecciones de esteroides epidurales (5, 6).

Reposo. Se recomienda al paciente un reposo relativo y la abolición de actividades intensas que puedan aumentar la sintomatología.

Órtesis. Como las fajas lumbares que ayudan a distribuir la tensión del peso del torso y a evitar el crecimiento de la hernia discal (11).

Fisioterapia. Parte fundamental del tratamiento conservador, ayuda a disminuir la sintomatología y evita el posible avance de la hernia discal, o la aparición de una nueva. Numerosas son las técnicas usadas para disminuir la clínica del paciente:

  • Termoterapia.
  • Electroterapia.
  • Terapia manual.
  • Cinesiterapia e hidrocinesiterapia.
  • Pilates.
  • Vendaje neuromuscular.
  • Punción seca y acupuntura.
  • Técnicas de neurodinamia.
  • Estiramientos.
  • Ejercicio físico personalizado.

Si por desgracia la sintomatología no se reduce con el tratamiento conservador, existen más opciones para el tratamiento de una hernia discal:

Ozonoterapia. Se ha mostrado como una técnica alternativa y efectiva para el tratamiento de las hernias discales lumbares, así lo muestra el estudio de Calunga Fernández J.L et al (12), en él se muestra mejoría de la sintomatología y de las pruebas de imagen.

Tratamiento quirúrgico. Si no se detiene la sintomatología del paciente con ninguna técnica o tratamiento anterior, e incluso se agrava aún más, se recurre a este último recurso. Sin embargo, la tendencia en los últimos años ha sido recurrir a la cirugía de forma temprana, aun no habiendo evidencia científica que defienda su uso en vez del tratamiento conservador, como se observa en el estudio de Robaina-Padrón J.F (13).

Dicho estudio revela que se realizan y se han realizado operaciones quirúrgicas para el tratamiento de hernias discales lumbares, usando instrumentalización, sin que exista a día de hoy evidencia científica que respalde su uso (14). El estudio de Robaina-Padrón, sugiere una fuerte correlación entre los autores de los artículos en las revistas, las presentaciones en congresos y las empresas fabricantes de material. Afirma que existe un conflicto de interés ya que dichas empresas remuneran económicamente a los autores, dicha afirmación se encuentra en el estudio de Shah et al (15).

Cierto es, que la intervención quirúrgica es necesaria en algunos casos, los factores a tener en cuenta para recurrir ella son (16):

  • Fallo del tratamiento conservador.
  • Lumbociática recurrente que impide realizar vida habitual.
  • Hernia discal en un canal estenótico.
  • Recurrencia de déficit neurológico.
  • Dolor extremo.
  • Síndrome de cola de caballo.
  • Déficit motor progresivo.

La hernia discal lumbar pertenece al conjunto de patologías de la columna vertebral, un mal endémico que afecta al 80% de la población en general a lo largo de su vida.

¿Se puede evitar la cirugía?

La evidencia científica actual dice que sí (16), McCulloch et al encontraron en su estudio que más del 90% de los pacientes con hernia discal lumbar mejoraron con el tratamiento conservador, mientras que solo el 2-4% precisaron cirugía. Los factores que se tienen en cuenta a la hora de evitar la intervención quirúrgica y que son tendencia mundial son (16):

  • Alto porcentaje de evoluciones fallidas, más del 30%.
  • Complicaciones asociadas a la cirugía.
  • Los malos resultados obtenidos en pacientes reintervenidos principalmente por fibrosis.
  • Aparición de nuevos medicamentos y más potentes en el mercado.
  • Desarrollo, auge y mayor investigación en el mundo fisioterápico.
  • Demostración de la desaparición de la hernia discal de forma espontánea.

Publicaciones nacionales e internacionales cuestionan los resultados y las indicaciones de la cirugía instrumentada en patologías degenerativas de la columna lumbar (16). La International Association for the Study of Pain publicó dos artículos donde se evidencia que el ejercicio dirigido y los tratamientos cognitivos obtienen mejores resultados que la instrumentalización vertebral en las hernias discales lumbares (17, 18).

Se precisan nuevos estudios científicos que aumenten la evidencia acerca de la eficacia y la relación coste/beneficio de las cirugías. Se necesitan estudios aleatorios que comparen resultados quirúrgicos con historia natural, el placebo y el tratamiento conservador (19).