10 Mar Las mujeres deportistas en España: su evolución y la importancia que cobran
En el día de hoy, post día de la mujer 8M del 2020, seguimos rindiendo homenaje a todas aquellas muejres que han destacado su papel en nuestra sociedad.
En este caso desde las pioneras del deporte en nuestro país, hasta las actuales campeonas o destacadas deportistas actuales.
Lo merecen todo!!
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Día de la Mujer 2020: así es como ha evolucionado el papel de las mujeres deportistas en España
Si ahora mismo hacemos el ejercicio de pensar en nombres de mujeres deportistas españolas seguro que se nos vienen a la cabeza unas cuantas: Carolina Marín, Ruth Beitia, Mireia Belmonte, Lidia Valentín, y un largo etc. Y es que las mujeres españolas están triunfando en el deporte y dándonos más alegrías que nunca – no hay más que ver los resultados de las olimpiadas de Río 2016 -.
Sin embargo, históricamente, no siempre ha sido así. Si me planteó cuántos nombres de mujeres deportistas españolas recuerdo en mi infancia, me doy cuenta de que no son muchas. Tal vez Arantxa Sánchez Vicario o Conchita Martinez. Algo más adelante Almudena Cid y Gemma Mengual. La cosa cambia, sin embargo, cuando pienso en nombres de deportistas masculinos y la lista se vuelve mucho más larga.
Y es que, en paralelo con la historia de la mujer en nuestro país, el deporte femenino ha ido evolucionando desde hace unos años hasta el día de hoy y el papel y la presencia de las mujeres ha ido cambiando.
Las primeras mujeres pioneras en el deporte español
Pocas mujeres españolas practicaban deporte en los años 20 y menos todavía lo hacían de manera profesional. Entre algunas mujeres de alto nivel social – burguesas y aristócratas – sí se practicaba el tenis y el golf. Deportes que no pusieran en duda la feminidad de sus aficionadas. Lili Álvarez se convirtió en una excepción sobresaliente en este contexto: profesional del tenis y el patinaje, fue la primera mujer española en participar en unos Juegos Olímpicos y lo hizo en 1924. Además, practicaba esquí, equitación, alpinismo e incluso llegó a pilotar coches de carreras – y lo hizo en la categoria masculina ya que no existía categoría femenina -.
Después de ella vinieron mujeres como María Paz Corominas, nadadora y participante en los Juegos Olímpicos de 1968, o Carmen Valero, atleta y especialista es cross que se convirtió en la primera mujer atleta española en participar en unos Juegos en el año 1976. En el año 1963 Pepa Senante se convertía en la capitana de la primera selección femenina española. Todas ellas mujeres sobresalientes y pioneras que dieron pie a lo que vendría después.
Debemos tener en cuenta que, después de Lili Álvarez y del estallido de la Guerra Civil, las mujeres españolas no volvieron a participar en unos Juegos Olímpicos hasta la década de los 60. Fue en los años 70, no hace ni medio siglo, cuando el deporte femenino empezó a despuntar, pasando entre 1975 y 1985 de un 22% de mujeres practicando deporte a un 34% – actualmente rondamos el 40% aproximadamente -. Entonces llegó el año 1992 y con él las Olimpiadas de Barcelona que lo empezaron a cambiar todo, siendo el punto de inflexión para lo que estaba por venir.
Los Juegos Olímpicos de Barcelona y el plan ADO
Si algo cambió en 1992 para el deporte femenino es que, con la llegada del Plan ADO, se desarrolló una inversión igual para hombres y para mujeres. Fue ese año cuando pudimos ver cómo comenzaba la explosión del deporte femenino, con 8 medallas conseguidas por mujeres de las 22 totales. Este fue el año en el que el deporte femenino explotó en España.
Entre ellas, nombres propios como el de Blanca Fernández Ochoa, la primera mujer española que conseguía una medalla olímpica para nuestro país en los Juegos de Invierno, o Miriam Blasco, la primera en conseguirla en los Juegos de Verano con un oro en yudo.
En 1995 Arantxa Sánchez Vicario se convertía en la primera mujer española en conseguir el primer puesto de la WTA y lo fue otras dos veces ese año. Antes de eso, en las Olimpiadas de 1992 se hizo con una medalla de bronce en individual y otra de plata en dobles junto a Conchita Martinez y repitió con otras dos medallas en 1996.
También en los Juegos Olímpicos de 1992 la Selección Femenina de Hockey Hierba se alzó con el primer oro de la historia para España en este deporte. Las chicas de oro las llamaban y con razón. Coral Bistuer le daba a nuestro país un oro en taewkondo que se unía a todos sus demás logros.
En 2004 se crea la Comisión Mujer y Deporte
El Comité Olímpico Español creó en 2004 la Comisión Mujer y Deporte con el fin de incentivar el papel de las mujeres no solo en la práctica directa del deporte, sino también su presencia en puestos directivos y de gestión. Desde entonces la presencia de mujeres en el deporte femenino y, sobre todo sus logros, no han parado de crecer.
Londres 2012 y, sobre todo, Río 2016 son el ejemplo evidente de cómo el deporte femenino español está comiéndose el mundo y de hasta dónde podemos llegar si seguimos invirtiendo y reforzando el deporte entre las mujeres. Si en Londres las mujeres se hacían con el 65% de las medallas españolas, en Río fueron ellas, de nuevo, las que más éxitos se trajeron a casa con 9 de las 17 medallas y 4 de los 7 oros conseguidos.
Las mujeres deportistas ya no son anónimas y las niñas tienen en ellas referentes a los que querer parecerse, nombres que recordarán cuando sean mayores y piensen en quiénes eran sus deportistas favoritas: Ruth Beitia, Mireia Belmonte, Lidia Valentín, Carolina Marín, Ana Peleteiro, Laia Palau, Ona Carbonell, Garbiñe Muguruza, Gisela Pulido, Gemma Mengual, Laia Sanz, y un largo etc. de nombres que nos hacen sentir orgullosas, capaces y empoderadas.
Todavía queda mucho camino que recorrer, ya que el deporte femenino sigue sin tener ni el mismo apoyo ni la misma repercusión que el masculino. Pero todas estas mujeres han abierto, abren y seguirán abriendo camino para las que vengan después. Ponen nombre a los avances y nos ofrecen un espejo en el que mirarnos. Hoy va por todas ellas.